jueves, 28 de marzo de 2019
¿Quién puede matar a un niño? El gran Chicho
En esta cinta, el gran Narciso (Chicho) Ibáñez Serrador aborda el terror con total sobriedad y una contención que está solo al alcance de los más grandes. Un terror que te alcanza en lo más profundo y que no precisa de ruidosos efectos especiales ni utiliza monstruos inimaginable.
Se trata de la sencillez, de los miedos de siempre.
El punto de partida es muy sencillo, y coloca a todos los protagonistas de la historia en una isla. Ya tenemos la dificultad de huída. La España turística de los años 70 del siglo XX, unos visitantes británicos de corte hippie, un pueblo isleño.
Si a estas alturas no has visto la película, deja de leer, ya que se desvelan tramas. También te digo, hazte con ella y disfruta desde el minuto uno hasta el impactante final. Está disponible en la plataforma Flixole.
Desde el momento en el que ponen un pie en la isla, los turistas viven una serie de situaciones estresantes que hacen que sufras con ellos en todo momento.
El ambiente malsano, sumado a la intensa ansiedad y el terror psicológico, te deja un mal cuerpo para un buen rato.
Hay algo que queda patente al revisar esta película tantos años después, y es que, al revisitarla te planteas lo que podría haber logrado Chicho con más medios, o con un presupuesto mayor, ya que hace verdadera magia con muy poco.
El hecho, lo que hace terrorífico este terror, es que sean niños los malvados de la historia. Que sean los malos, y que sean tan malos. Marcados sin alma ni remordimientos capaces de ejecutar a cualquiera sin más, por un mero juego.
Todo esto no hace si no multiplicar el estupor del espectador, que asiste al baile de sangre como incómodo invitado a una penosa actuación infantil de la que quiere escapar, pero no puede.
¿Y ese final? Historia del cine.
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